martes, 28 de abril de 2009

Soy.


Vuelvo a empezar. Otra vez me describo.
Soy una mera partícula en el universo y con mi desaparición no cambiaría nada.
Soy una colilla de cigarro tirada en la calle, algo gastado, sin importancia y que nadie quiere ni necesita.
Soy como una caja vacía, un trasto, algo inútil y reemplazable.
Soy totalmente intercambiable por alguien mejor que yo.
Soy una sombra en medio de una marabunta de gente.
Soy un trozo de carne vacío e inútil que lo único que sabe hacer mejor lo hace mediocremente.
Soy alguien transparente para los demás, nadie me recuerda porque no destaco en nada.
Soy alguien que perdió su más amada posesión por rendirse ante la cobardía.
Soy como un reloj sin pilas o como un mar sin sal.
Soy una persona a quien le falta lo más vital, las ganas de vivir, y que va destruyéndose poco a poco.
Soy la personificación de la desmotivación y la autocompasión.


Soy alguien que no vale para nada, ni siquiera para describirse a sí misma.