viernes, 5 de junio de 2009



Una sombra se sienta y enciende el ordenador. Entra aquí y vomita palabras en este cuadro vacío, esperando que sean leídas por alguien más aparte de ella, otra sombra tal vez.
Hoy ha visto fotos, fotos de su cumpleaños y ha tenido que apagar bruscamente el ordenador e ir a clase para pensar en otras cosas y olvidarse de la imagen que aún ronda en su mente.
Su imagen.
Ve claramente las fotografías mientras escribe esto, su corazón late más fuerte poco a poco y siente ese conocido dolor en el pecho, ese dolor que lleva torturándola más de un año.
Ya no le ama, eso está claro.
Pero tampoco no le no-ama, y si ni le ama ni le no-ama, ¿entonces qué hace? ¿por qué le duele? ¿por qué llora? ¿por qué se hace preguntas estúpidas mientras recuerda?
No tiene respuestas para estos porqués. Solo sabe hundirse en su interior, dejarse tragar por el agujero negro de recuerdos y quedarse quieta en la cama, abrazándose las piernas mientras las lágrimas le caen por la cara y le mojan el pelo.
Como una muerta.

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