domingo, 23 de mayo de 2010

Atrapada.

Respiración agitada. Otra vez no. OTRA VEZ NO.

Me mareo, otra vez. La sangre huye del cerebro, se me seca la boca y tengo miedo. Miedomiedomiedo. Mucho.

No sé por qué, ésto no tendría que estar pasando. Lo prometí, por encima de todo. Lo prometí, joder, lo juré. Nadie entraría aquí otra vez. Nadie. Varios han estado a punto de conseguirlo y no puedo permitirlo. No puedo permitirlo porque voy a hacerme daño.

Joder. Y ella... ella es como él, y yo no. O sí, pero no puedo competir en esa liga, no estoy a la altura. No puedo seguir así, pero mi corazón (y, para qué negarlo, también una parte de mi cerebro) se empeña en pensar y afirmar tan rotundamente como si fuera una verdad universal que yo sería feliz así. Feliz, al fin.

Y sé que éso no pasará, nunca. Porque ésto no es una película, no es un libro, no es una serie... no es ficción. Ésto es la vida real, lo tomas o lo dejas. No puedo hacer nada de las dos cosas, pero sé que si pierdo esta oportunidad me voy a arrepentir y mucho.

Pero, ¿y si no la pierdo? Nada va a ser como quiero que sea, nada. Sé lo que va a pasar, algo muy diferente a lo que en realidad deseo que pase. Un hola y adiós muy buenas.

¡Y yo no quiero que eso pase! ¡NO QUIERO!

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