Pero no, la tercera vez que nos cruzamos, nos miramos y hablamos durante horas, siglos, milenios, hasta que el sol se puso y los pájaros dejaron de cantar.
Se acabó el preguntarse por qué, me he cansado.
domingo, 2 de enero de 2011
Publicado por P en 3:53 p. m.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario