Ésto nunca debería haber empezado porque iba a acabar mal. Han pasado horas y todo está mal y seguirá estando así.
La impotencia me supera, se abate frente a mí y me rodea dejándome ciega.
Nunca debí hacerme ilusiones, y lo peor de todo es que lo sabía. Sabía cómo iba a terminar ésto. MAL.
Como siempre.
Lo mejor de todo son las promesas incumplidas de la persona en la que más confiaba estos últimos meses.
No puedo más.
sábado, 3 de abril de 2010
Es la primera vez que me echo a llorar en medio de la calle.
Publicado por P en 10:53 p. m.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario